CALENDARIO AMBIENTAL 2025 EN PDF
En un esfuerzo por aumentar la conciencia ambiental y fomentar la conservación de la biodiversidad local, Proyecto Primates Panamá ha instalado dos nuevas vallas educativas ambientales en las áreas de Monte Verde y Charco Azul. Este proyecto ha sido posible gracias al apoyo de Petroterminal de Panamá y al dedicado trabajo de los voluntarios de la organización.
Las vallas, estratégicamente ubicadas en puntos clave de ambas localidades, están diseñadas para captar la atención y educar tanto a residentes como a visitantes sobre la importancia de proteger los ecosistemas y la diversa fauna que estos albergan. Los paneles presentan diseños coloridos y contienen mensajes informativos que destacan especies emblemáticas de Panamá y ofrecen consejos prácticos para la conservación ambiental.
La iniciativa se basa en la filosofía de que la educación es fundamental para la conservación. A través de estas vallas educativas, Proyecto Primates Panamá busca informar y sensibilizar a la comunidad sobre la rica biodiversidad del país, fomentando una cultura de respeto y cuidado hacia el medio ambiente. Estas herramientas visuales son diseñadas para proporcionar conocimientos de manera accesible, incentivando la reflexión y la acción por parte del público.
Proyecto Primates Panamá agradece a todos los colaboradores involucrados en este proyecto y extiende una invitación a la comunidad para visitar Monte Verde y Charco Azul, donde se puede apreciar directamente la belleza natural que la organización se esfuerza por proteger. La participación y el apoyo continuo de la comunidad son esenciales para la conservación efectiva de los valiosos recursos naturales del país.
Carlos R. Ruiz-Miranda1 y Karen B. Strier2
1Laboratório de Ciências Ambientais, Centro de Biociências e Biotecnologia, Universidade Estadual do Norte Fluminense, Campos dos Goytacazes, RJ, Brazil
2Department of Anthropology, University of Wisconsin-Madison, Madison, WI, United States
La biodiversidad de los platirrinos, o primates neotropicales, está en peligro. Todos los biomas de bosques tropicales tienen porcentajes significativos de su área cubiertos por paisajes antropogénicos, lo que significa que la pérdida de hábitat y la fragmentación, las enfermedades zoonóticas, el ruido y la caza afectan al 40% o más de las especies de primates (Estrada et al., 2017, 2018; Galán-Acedo et al., 2019). La persistencia de las poblaciones de estas diversas especies de primates dependerá de la capacidad de los individuos para sobrevivir, reproducirse y dispersarse en estos paisajes. Análisis y evaluaciones a nivel mundial sugieren que la mayoría de las especies que viven en paisajes antropogénicos (o Coberturas de Tierra Antropogénicas, ALC por sus siglas en inglés) muestran declives poblacionales (Galan-Acedo et al., 2019) y existe una considerable falta de comprensión a nivel comportamental y ecológico sobre cómo las diferentes especies están enfrentando o pueden enfrentar atributos específicos del paisaje (Nagy-Reis et al., 2017).
La persistencia de las poblaciones en estos paisajes alterados también dependerá de qué tan bien las estrategias de conservación y gestión puedan abordar las interacciones humano-primate en diferentes niveles (Consorte-McCrea et al., 2022; Estrada y Garber, 2022). Si bien a menudo se enfoca la atención en los impactos de la fragmentación forestal en estos paisajes, es igualmente esencial entender los detalles del uso de la tierra y los patrones culturales humanos y cómo estos influyen en el comportamiento y la ecología de los primates. Hay un número creciente de ejemplos en los que las acciones de investigación y conservación están haciendo contribuciones significativas para revertir el declive de las poblaciones. Estas van desde proteger poblaciones aisladas hasta mejorar el estatus de las especies, generalmente a través de una combinación de protección y expansión del hábitat, translocaciones y otras formas de gestión, programas de investigación y educación, y compromiso comunitario a escalas locales, nacionales e internacionales, involucrando zoológicos, universidades, organizaciones no gubernamentales y gubernamentales.
Referencias
Consorte-McCrea, A., Kolipaka, S., Owens, J. R., Ruiz-Miranda, C. R., & Waters, S. (2022). Guidelines to facilitate human-wildlife interactions in conservation translocations. Frontiers in Conservation Science, 3. https://doi.org/10.3389/fcosc.2022.788520
Estrada, A., & Garber, P. A. (2022). Principal drivers and conservation solutions to the impending primate extinction crisis: introduction to the special issue. International Journal of Primatology, 43, 1–14. https://doi.org/10.1007/s10764-022-00283-1
Estrada, A., Garber, P. A., Mittermeier, R. A., Wich, S., Gouveia, S., Dobrovolski, R., et al. (2018). Primates in peril: the significance of Brazil, Madagascar, Indonesia, and the Democratic Republic of the Congo for global primate conservation. PeerJ, 6, e4869. https://doi.org/10.7717/peerj.4869
Estrada, A., Garber, P. A., Rylands, A. B., Roos, C., Fernandez-Duque, E., Di Fiore, A., et al. (2017). Impending extinction crisis of the world’s primates: Why primates matter. Science Advances, 3, 2375–2548. https://doi.org/10.1126/sciadv.1600946
Galan-Acedo, C., Arroyo-Rodriguez, V., Andresen, E., Verde Arregoitia, L., Vega, E., Peres, C. A., et al. (2019). The conservation value of human-modified landscapes for the world’s primates. Nature Communications, 10, 152. https://doi.org/10.1038/s41467-018-08139-0
Nagy-Reis, M. B., Estevo, C. A., Setz, E. Z. F., Ribeiro, M. C., Chiarello, A. G., & Nichols, J. D. (2017). Relative importance of anthropogenic landscape characteristics for Neotropical frugivores at multiple scales. Animal Conservation, 20, 520–531. https://doi.org/10.1111/acv.12346
Versión completa en el Journal Frontiers in Conservation Science, 05 Diciembre de 2024 / Sec. Animal Conservation – Volume 5 – 2024 |https://doi.org/10.3389/fcosc.2024.1531106
Feliz Navidad les desea Proyecto Primates Panamá.
En una colaboración ejemplar para la conservación, Proyecto Primates Panamá ha reinstalado un crucial puente aéreo en la Quebrada Caña Blanca, ubicada en la Península de Burica, Chiriquí. Este proyecto fue posible gracias a la generosa donación de Petroterminal de Panamá y al incansable esfuerzo de Don Cirilo Lezcano.
Este «puente mono» desempeña un papel vital en la protección de nuestros primates, permitiéndoles cruzar de manera segura sobre una carretera que, tristemente, ha sido escenario de la pérdida de varias vidas animales en el pasado. La necesidad de este puente se hizo dolorosamente evidente tras la trágica pérdida de una mona aulladora durante el periodo en que el puente estuvo ausente.
Con esta tercera instalación en el área, hemos incorporado mejoras significativas en la durabilidad y técnica de construcción del puente, utilizando materiales de alta calidad e integrando innovaciones desarrolladas por nuestros colegas en Costa Rica. Nuestro objetivo es evitar futuras tragedias y proporcionar un paso seguro para los primates, que necesitan moverse de manera segura en el paisaje fragmentado en el que viven.
Koraima Rodríguez
31 de agosto de 2024
La investigación realizada en el Refugio Mono Feliz, ubicado en la comunidad de Bella Vista, Punta Burica, Provincia de Chiriquí, Panamá, se centró en el estudio etológico de la tropa de Saimiri oerstedii oerstedii, conocido como mono tití chiricano. Este primate, incluido entre las 25 especies de primates más amenazadas del mundo, enfrenta la fragmentación de su hábitat debido a actividades humanas como la deforestación, la expansión agrícola, y el comercio ilegal de mascotas. La investigación tuvo como objetivo principal analizar los patrones de comportamiento de estos monos y también evaluar la percepción de la comunidad local sobre su coexistencia con esta especie.
La metodología utilizada combinó la observación directa de los monos en su entorno natural con entrevistas a miembros de la comunidad local. Durante un período de 23 días, se realizaron observaciones focales y ad libitum, registrando diversos comportamientos de la tropa. Los datos se recopilaron a través de etogramas detallados que documentaron actividades como la locomoción, alimentación, descanso, interacción social, y comportamientos afiliativos y agonísticos. Además, se llevaron a cabo entrevistas con 7 residentes locales para comprender su percepción sobre la conservación y el manejo de los monos titíes.
Los resultados revelaron que la tropa observada constaba de 41 individuos, incluyendo 16 madres con crías y 2 hembras embarazadas. Se identificaron comportamientos clave como el trepar, saltar, buscar alimento, y descansar, con una alta frecuencia de actividades de autoaseo como rascarse. Las interacciones afiliativas entre las madres y sus crías fueron prominentes, destacando la importancia de estas relaciones en la cohesión social del grupo. Sin embargo, se observó que la presencia humana y la cercanía de otras especies, como los monos cariblancos, influían en la manifestación de ciertos comportamientos, como la huida rápida o el aumento en la alerta.
Las entrevistas con los residentes locales reflejaron una mayor conciencia sobre la importancia de la conservación en comparación con épocas pasadas, donde el maltrato y la caza de monos eran comunes. Aunque la caza ha disminuido, la deforestación y la fragmentación del hábitat siguen siendo amenazas significativas. Los residentes propusieron diversas medidas para mejorar la conservación, incluyendo la reforestación con especies nativas, la creación de áreas protegidas, y el fomento del ecoturismo como una vía para el desarrollo sostenible.
En conclusión, esta investigación proporciona una visión integral del comportamiento y la conservación de Saimiri oerstedii en Punta Burica. Los resultados subrayan la necesidad de continuar los esfuerzos de conservación y educación ambiental, tanto para proteger esta especie amenazada como para promover la sostenibilidad económica y ecológica de la región.
El mono tití chiricano (Saimiri oerstedii) es una de las nueve especies de primates que habitan en Panamá, con una distribución limitada a la región suroccidental de la provincia de Chiriquí y la zona fronteriza con Costa Rica. Recientemente, esta especie ha sido incluida en la lista de las 25 especies de primates más amenazadas del mundo debido a la fragmentación de su hábitat, provocada por la pérdida de bosques asociada a la construcción de hidroeléctricas, el uso excesivo de plaguicidas y la captura de ejemplares para su comercialización como mascotas. Estos factores son algunos de los problemas que afectan tanto al hábitat como a la supervivencia del Saimiri oerstedii. La península de Burica, en el suroeste de la provincia, es considerada un refugio donde habitan las mejores poblaciones de mono tití chiricano, gracias a los corredores boscosos, marinos-costeros, quebradas y ríos moldeados en la región (Lara, 2023).
Una de las estrategias más eficaces para asegurar la conservación de las poblaciones de este primate es fortalecer la conciencia ambiental de las comunidades que residen en las áreas donde habitan, considerándolos como actores clave a través de la educación ambiental y la promoción de prácticas sostenibles.
La investigación sobre los monos tití chiricanos en Punta Burica, específicamente en la comunidad de Bella Vista, dentro del Refugio Ecológico Mono Feliz, se centra en el estudio de las relaciones afiliativas de las madres con sus crías y con el resto del grupo. Durante 23 días de trabajo de campo, solo se logró observar a los monos en cuatro ocasiones, por lo que el enfoque fue más descriptivo que analítico. Se observó el comportamiento de estos primates en diferentes momentos del día y se registró la percepción de la comunidad local sobre esta especie.
Uno de los aspectos clave de la investigación fue observar cómo las madres interactúan y establecen vínculos afectivos tanto con sus crías como con otros miembros del grupo, y viceversa. Estas relaciones afiliativas son de gran importancia para comprender la dinámica social de esta especie y cómo se transmiten los conocimientos y la adaptación de comportamientos entre generaciones. Para estas observaciones se utilizaron métodos ad libitum y focal, anotando las observaciones en un etograma basado en patrones establecidos mediante una observación preliminar.
Además de las observaciones comportamentales de los monos tití chiricanos, se investigó la percepción de la comunidad local hacia esta especie, incluyendo entrevistas abiertas, con el objetivo de comprender cómo es la convivencia de los monos con la comunidad.
El comportamiento animal ha sido definido de diversas maneras a lo largo del tiempo. Según Carrera (1994), se entiende como todas las reacciones perceptibles de un animal frente al entorno que lo rodea. Esta definición enfatiza que el estudio del comportamiento no debe limitarse únicamente a la descripción, sino también responder a las preguntas fundamentales de cómo, cuándo y dónde se manifiesta.
Burkhardt (2005) identifica diferentes enfoques para estudiar el comportamiento animal, especialmente desde una perspectiva científica. Históricamente, «la psicología, que originalmente surgió del estudio de la mente humana, se distingue de la etología, el estudio biológico del comportamiento animal» (Burkhardt, 2005).
Paul y Patrick (2007) destacan que, durante el siglo XX, los psicólogos se enfocaban en investigar las causas próximas de la conducta mediante estudios de aprendizaje en condiciones de laboratorio. En contraste, los etólogos, con bases en la biología, exploraban cómo se controlaba el comportamiento, su función y evolución a lo largo del tiempo. Estas diferencias en enfoque reflejan la diversidad de preguntas e hipótesis que han guiado la investigación del comportamiento animal, generando múltiples líneas de estudio y comprensión.
A lo largo de los años, se ha debatido sobre la metodología más adecuada para estudiar el comportamiento animal, ya sea en entornos controlados de laboratorio o en hábitats naturales. La etología moderna y disciplinas afines, como la sociobiología, sostienen que el estudio del comportamiento debe realizarse en el entorno natural del animal, donde las condiciones sociales y ecológicas influyen de manera significativa en las conductas observadas (Barrett, 2007).
Tradicionalmente, los estudios etológicos han empleado metodologías observacionales. Aguerra (1999) argumenta que este enfoque es lógico, dado que permite analizar el comportamiento en contextos relevantes, ya sea en estado salvaje, en cautiverio u otros escenarios. La elección del lugar y método de investigación es esencial para distinguir entre hipótesis competidoras y obtener datos empíricos sólidos. Paul y Patrick (2007) señalan que tanto la investigación experimental, donde se manipulan activamente las condiciones, como la observacional son valiosas y complementarias en la generación de conocimiento sobre el comportamiento animal.
Los primates son reconocidos por su complejidad social y suelen vivir en grupos con estructuras jerárquicas bien definidas. Morán (2018) afirma que «los primates se caracterizan por tener una variedad de sistemas sociales, desde especies con individuos solitarios hasta especies cuyos miembros viven en grandes grupos sociales». El parentesco y las alianzas dentro de estos grupos son cruciales para la supervivencia diaria, influenciando aspectos como la búsqueda de alimento, protección contra depredadores y cuidado de las crías.
El acicalamiento desempeña un papel fundamental en el establecimiento y mantenimiento de alianzas entre los primates. Ayarza (2016) indica que, a través de esta práctica, las relaciones entre individuos se fortalecen, creando una red de interacciones que promueve la cohesión y el bienestar del grupo. Cada primate posee su propio estilo y técnica de acicalamiento, reflejando su singularidad y reforzando la conexión física y emocional en sus relaciones sociales.
Dentro de las conductas observadas en diversas especies, existen patrones que son esenciales para comprender la organización social de los grupos. Vargas y Santillán (1998) identifican el agonismo, las afiliaciones, la sexualidad y el juego como «manifestaciones de las fuerzas cooperativas y competitivas que fundamentan su estructura social». Estos comportamientos proporcionan información valiosa sobre las dinámicas internas de los grupos y cómo los individuos interactúan y se adaptan a su entorno.
La especie Saimiri oerstedii, conocida comúnmente como mono ardilla, enfrenta amenazas significativas tanto en Costa Rica como en Panamá. La rápida pérdida de hábitat debido al desarrollo humano acelerado y el comercio ilegal de mascotas han llevado a una disminución alarmante de sus poblaciones. Cropp y Boinski (2000) señalan que, pese a los esfuerzos de conservación, persisten obstáculos como la especulación infundada que sugiere que S. oerstedii es una especie híbrida introducida por antiguos comerciantes amerindios desde diferentes regiones de América del Sur, lo que ha dificultado su protección efectiva.
Investigaciones anteriores han proporcionado información valiosa sobre la ecología y el comportamiento de Saimiri oerstedii. Burghardt (2005) estudió una tropa en el Refugio Mono Feliz, conformada por 32 miembros, observando una ausencia notable de hembras en la manada. Se registraron comportamientos predominantes como persecuciones, olfateo de genitales, escasa actividad lúdica y agresión durante la alimentación con bananas suministradas por el refugio. Burghardt atribuyó estos comportamientos anormales a la influencia humana y destacó que «la pérdida de hábitat es un problema grave en esta área y afecta considerablemente a los monos, facilitando su caza, y que muchos bebés son vendidos cada año» (Burghardt, 2005). Desde entonces, se han observado cambios en los comportamientos y en las interacciones comunitarias, con un aumento en la población de monos en la región.
Kinzey (1997) describe a S. oerstedii como animales altamente sociales que viven en grupos de hasta 50 individuos, compuestos principalmente por hembras y sus crías, junto con algunos machos adultos. Estos grupos mantienen una jerarquía social donde las hembras dominantes acceden a más recursos y pueden influir en la toma de decisiones colectivas.
La comunicación en estos monos es diversa e incluye una variedad de señales y vocalizaciones. Boinski (1999) documenta que utilizan llamadas de alarma, vocalizaciones de contacto y de cortejo, además de señales visuales como posturas corporales y expresiones faciales para transmitir información entre los miembros del grupo.
En cuanto a su dieta, S. oerstedii consume principalmente frutas, hojas, flores, insectos y pequeños vertebrados. Su capacidad de adaptación a diferentes fuentes de alimento les permite habitar en una amplia variedad de entornos (Bicca-Marques & Calegaro-Marques, 1994). Son criaturas ágiles que pasan la mayor parte del tiempo en los árboles, utilizando sus largas colas para equilibrarse y desplazarse con facilidad, aunque también pueden moverse por el suelo cuando es necesario (Boinski, 2002).
Estudios de Baldwin y Baldwin (1972, 1976) revelan que los monos ardilla desempeñan un papel esencial en la dispersión de semillas, contribuyendo significativamente a la regeneración forestal. Estos investigadores también observaron que la estructura social de los grupos incluye machos alfa que lideran en la búsqueda de alimentos y la defensa del territorio, evidenciando conductas cooperativas en actividades como la alimentación y el cuidado de las crías.
Aunque se han realizado numerosos estudios sobre Saimiri oerstedii, existe una necesidad continua de investigaciones actualizadas. Los cambios constantes en los ecosistemas forestales, las adaptaciones evolutivas de la especie y la influencia humana, tanto positiva como negativa, en su comportamiento y hábitat, subrayan la importancia de mantener una investigación activa y consistente para informar y mejorar las estrategias de conservación y manejo de esta especie amenazada.
El estudio se llevó a cabo en la comunidad de Bella Vista, específicamente en el Refugio Mono Feliz, ubicado en la península de Punta Burica, en la provincia de Chiriquí, Panamá. Esta región se caracteriza por un clima tropical húmedo que prevalece durante todo el año, con temperaturas cálidas que oscilan entre los 25 °C y los 30 °C. Rodríguez (1995) describe tres zonas de vida en el área: el bosque muy húmedo tropical en transición fresca, el bosque muy húmedo premontano en transición cálida, y el bosque húmedo tropical en transición húmeda. Estas zonas de vida reflejan la diversidad ecológica y la variabilidad microclimática de la región.
El clima en Punta Burica es típicamente tropical húmedo, con una elevada humedad relativa y precipitaciones abundantes, especialmente durante la temporada de lluvias, que se extiende desde mayo hasta noviembre. Las temperaturas cálidas, junto con la alta humedad, crean un ambiente propicio para una gran variedad de especies vegetales y animales. Este clima, junto con las variaciones en la elevación y el tipo de suelo, contribuye a la creación de microhábitats diversos dentro de la misma región.
La vegetación de la zona es rica y variada, gracias a la presencia de selvas tropicales y bosques húmedos que rodean la península. Estos ecosistemas albergan una vegetación exuberante, compuesta por una gran diversidad de especies tanto arbóreas como herbáceas. Los bosques tropicales de Punta Burica se caracterizan por su denso follaje, múltiples estratos de vegetación y una amplia variedad de especies endémicas y nativas, lo que crea un entorno altamente biodiverso y un hábitat ideal para numerosas especies de fauna, incluyendo al Saimiri oerstedii.
La península de Punta Burica es un área de gran importancia ecológica debido a su alta biodiversidad y la presencia de hábitats clave para especies en peligro de extinción. La combinación de bosques muy húmedos y tropicales, junto con la influencia marina, crea un mosaico de ecosistemas que soportan una amplia gama de interacciones ecológicas. Este entorno no solo es crucial para la conservación de especies como el mono tití chiricano (Saimiri oerstedii), sino también para el mantenimiento de los servicios ecosistémicos que sostienen las comunidades humanas locales, como la regulación del clima, la conservación del suelo y la provisión de recursos hídricos.
¿Cuál es el grado de relación afiliativa entre las madres con crías y los demás miembros de una tropa de Saimiri oerstedii?
Analizar los patrones de comportamiento de una tropa de monos Saimiri oerstedii en Punta Burica.
Investigar la relación y el conocimiento de la comunidad sobre la población de Saimiri oerstedii en Punta Burica.
Desarrollar un estudio piloto sobre el comportamiento de Saimiri oerstedii, enfocado en las relaciones afiliativas entre las madres con crías y el resto del grupo.
Realizar entrevistas con miembros de la comunidad de Punta Burica para evaluar su percepción social sobre Saimiri oerstedii, incluyendo sus actitudes, conocimientos y posibles interacciones con la especie.
CONTENIDO COMPLETO DEL INFORME DE PASANTÍA
INFORME DE PASANTIA - KORAIMA RODRIGUEZ 2024-1-1La construcción de la vía David-Santiago, una moderna carretera de cuatro carriles en la Panamericana de Panamá, trajo consigo no solo desarrollo, sino también un desafío ambiental significativo: proteger a la fauna silvestre de los atropellos, especialmente a los monos aulladores (Alouatta palliata), quienes habitan los bosques aledaños. Este tramo de carretera, además de ser amplio y de alta velocidad, cuenta con un muro central que imposibilita el cruce seguro de los primates por el suelo.
Ante este reto, se implementó una solución innovadora y sostenible: seis pasos aéreos diseñados exclusivamente para los monos y otros animales arbóreos de la región. Estas estructuras, que conectan las copas de los árboles a ambos lados de la carretera, actúan como puentes verdes, permitiendo a los primates desplazarse entre fragmentos de bosque sin tocar el suelo ni arriesgarse en la peligrosa vía.
Los pasos aéreos no solo son una herramienta para la conectividad ecológica, sino también un símbolo de coexistencia entre desarrollo humano y conservación de la biodiversidad. Desde su instalación, se ha vuelto frecuente observar a grupos de monos aulladores utilizándolos para cruzar de un lado al otro de la carretera, mostrando cómo las especies pueden adaptarse rápidamente cuando se les brinda una alternativa segura.
La implementación de estos pasos aéreos demuestra cómo el desarrollo puede ir de la mano con la conservación de la biodiversidad. Este esfuerzo no solo protege a los monos aulladores, sino que también beneficia a otras especies de fauna arbórea que dependen de los mismos corredores verdes.
El éxito de los pasos aéreos en la vía David-Santiago debe inspirar proyectos similares en otras regiones donde el desarrollo vial afecta a la fauna. Además, la comunidad local y los viajeros tienen un papel importante al valorar y proteger estas estructuras, que son una muestra tangible de cómo Panamá lidera esfuerzos innovadores en conservación.
Los monos aulladores ya no enfrentan el peligro de cruzar la carretera, y su imagen moviéndose ágilmente por los pasos aéreos es un recordatorio constante de que, con voluntad y creatividad, es posible construir un mundo donde humanos y naturaleza convivan en armonía.
Fotos: Cary Rodríguez (Fundación Agua y Tierra)
El 28 de noviembre de 2024, se instalaron dos puentes para monos en la carretera principal que conecta Pedasí con Tonosí, en la provincia de Los Santos. El primer puente fue colocado en los bosques de Los Achiotines y propiedades aledañas, cuyos propietarios patrocinaron esta importante iniciativa. El segundo puente se instaló en la bajada final antes de llegar a la comunidad de Venao. Ambas localidades se encuentran dentro del distrito de Pedasí.
Este esfuerzo fue liderado por Pro Eco Azuero como organización anfitriona, en colaboración con Proyecto Primates Panamá, contando con el valioso apoyo de numerosos donantes y voluntarios que aportaron su tiempo y recursos para hacer realidad este importante avance en la conservación de fauna local.
Estos puentes para monos son más que estructuras: representan un compromiso con la protección de los primates vulnerables, como los monos aulladores de Azuero, los monos carablanca y los monos araña. Además, otras especies de fauna, tanto diurna como nocturna, utilizan estos pasos aéreos para cruzar de manera segura la carretera, reduciendo significativamente el riesgo de atropellos en esta vía de alto tránsito.
A pesar de este avance, aún queda pendiente la construcción de un tercer puente en un área crítica donde los primates continúan cruzando la carretera por el suelo, enfrentándose a graves peligros. La instalación de este puente es prioritaria para garantizar la seguridad de la fauna y la conectividad de sus hábitats.
Hasta la fecha, Proyecto Primates Panamá, de forma independiente o en alianza con otras organizaciones y patrocinadores privados, ha instalado cerca de 15 puentes para monos en las provincias de Chiriquí, Veraguas y Los Santos.
Cabe destacar que estas iniciativas no solo contribuyen a la conservación de la fauna, sino que también cumplen una valiosa función educativa para las comunidades locales y el público en general, fomentando una mayor conciencia sobre la importancia de proteger los ecosistemas y las especies que los habitan.
Además, el Estado panameño ha reconocido la importancia de estas estructuras, incorporando la obligatoriedad de construir pasos aéreos para primates en los nuevos proyectos de carreteras que atraviesen áreas críticas para estas especies.
Con cada puente instalado, se da un paso más hacia un futuro verde, donde la coexistencia armónica entre el desarrollo humano y la vida silvestre sea una realidad en Panamá.
Puentes para Monos: Una Iniciativa de Conservación en Azuero
Tejiendo Redes de Conservación y Compromiso por el Futuro de Nuestros Bosques y Primates
En este Día de la Conciencia Ambiental, desde Proyecto Primates Panamá, renovamos nuestro compromiso con la protección de los bosques y la biodiversidad de nuestro país. Los primates de Panamá, guardianes silenciosos de los ecosistemas, juegan un papel clave en la regeneración y equilibrio de los bosques tropicales. Cada especie, desde el carismático mono aullador hasta el ágil Saimiri oerstedii, contribuye al bienestar de los hábitats que compartimos.
Nuestro llamado es a la acción consciente: a proteger los hábitats naturales, a reducir nuestro impacto ambiental y a promover prácticas sostenibles que aseguren un futuro para la fauna y flora de Panamá. Recordemos que cuidar del medio ambiente es cuidar de nosotros mismos y de las generaciones futuras.
Únete a nosotros en la lucha por la conservación. Juntos podemos lograr que nuestros primates sigan siendo una parte esencial de los bosques que tanto amamos. ¡La naturaleza depende de nuestra conciencia y nuestras acciones!
¡Por un planeta para todos!
#ConcienciaAmbiental #Conservación #PrimatesDePanamá #ProyectoPrimates #ProyectoPrimatesPanama
Proyecto Primates Panamá
Mensaje
1 de septiembre: Día Internacional de los Primates
El Día Internacional de los Primates es una oportunidad para reflexionar sobre la increíble diversidad de especies primates en nuestro planeta. Con más de 500 especies distribuidas principalmente en las regiones tropicales de América del Sur, Mesoamérica, África tropical y el Sudeste Asiático, e incluso en China y Japón, los primates juegan un papel crucial en la salud de los ecosistemas. Estos animales, desde los pequeños titíes hasta los majestuosos gorilas, no solo son fascinantes por su comportamiento y complejas estructuras sociales, sino también por su rol ecológico, que ha sido fundamental en la historia natural del planeta a lo largo de millones de años.
Sin embargo, los primates enfrentan actualmente una amenaza significativa y creciente: la pérdida de su hábitat en diversas regiones del mundo. Este problema es impulsado principalmente por la expansión agropecuaria desordenada, la tala ilegal y el desarrollo urbano, resultando en una deforestación que afecta gravemente los bosques tropicales, hábitat esencial para la supervivencia de estos animales. En las últimas décadas, la acelerada destrucción de estos ecosistemas ha colocado a muchas especies de primates en peligro crítico de extinción. La pérdida de los bosques no solo reduce las fuentes de alimento y refugio para estas especies, sino que también fragmenta sus poblaciones, comprometiendo su viabilidad a largo plazo.
En Panamá, la situación de los primates es igualmente preocupante. Varias especies han visto sus poblaciones diezmadas en amplias zonas del país desde la época colonial y no han logrado recuperarse. Esta disminución ha provocado una erosión genética que compromete el futuro de estas poblaciones, más allá de las generaciones actuales. Especies como el mono aullador de Azuero, el mono nocturno de Azuero, el mono araña y el mono tití chiricano enfrentan graves problemas de conservación, ya que sus poblaciones continúan reduciéndose y confinándose debido a la destrucción de su hábitat.
Es urgente planificar un uso del suelo que permita un desarrollo ecológicamente responsable, que incluya la protección de los bosques, la restauración ecológica y la creación de corredores biológicos y de sostenibilidad. Proteger a los primates nativos es fundamental, ya que su desaparición sería un indicativo del deterioro de nuestra propia existencia a largo plazo en un planeta con calidad ambiental. Estos animales, con su comportamiento social complejo y sus habilidades cognitivas, nos recuerdan lo profundamente conectados que estamos con el mundo natural. Su bienestar está intrínsecamente ligado al nuestro.
Los ecosistemas saludables, donde los primates pueden prosperar, reflejan un entorno capaz de sostener la vida en todas sus formas, incluida la humana. Los seres humanos dependen completamente de la naturaleza y tienen la obligación moral de protegerla para su propio bienestar y el de la biodiversidad, que deben preservar más allá de sus generaciones. Sin bosques, no hay primates. Y sin primates, perdemos un eslabón vital en la cadena que sostiene la biodiversidad y la salud de nuestro planeta. La conservación de los primates es, en última instancia, una inversión en nuestro propio futuro.
David, 1 de septiembre de 2024