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Proyecto Primates Panamá

Día Mundial de la Vida Silvestre 2025

Celebrando el Día Mundial de la Vida Silvestre

Ariel Rodríguez-Vargas

Proyecto Primates Panamá

El 3 de marzo se celebra el Día Mundial de la Vida Silvestre , una fecha que nos invita a reflexionar sobre nuestra relación con la naturaleza y el papel crucial que desempeñamos como guardianes del planeta. En un mundo donde los ecosistemas enfrentan amenazas sin precedentes, es imperativo reconocer que la vida silvestre no solo embellece nuestro entorno, sino que también sostiene nuestra existencia. Desde el aire que respiramos hasta los alimentos que consumimos, cada aspecto de nuestra vida depende de la salud de estos sistemas vivos.

Hace unos años, durante una caminata por los bosques nubosos de Chiriquí, tuve la suerte de encontrarme cara a cara con un quetzal. Su plumaje iridiscente brillaba bajo los rayos del sol filtrados por la neblina, y en ese momento entendí lo que significa ser testigo de algo verdaderamente mágico. El quetzal no es solo un ave; es un símbolo vivo de los bosques que protege, una conexión entre culturas y territorios que une desde México hasta Panamá. Y aquí, en nuestro país, tenemos la suerte de albergar dos especies distintas: una en el occidente del istmo y otra en Darién. Dos especies, dos Reservas de la Biosfera, La Amistad y Darién, y una sola responsabilidad compartida de cuidarlas.

Pero el quetzal no está solo. En Panamá conviven jaguares que cruzan sigilosamente las selvas, águilas arpías que vigilan desde las copas de los árboles, monos aulladores que llenan el amanecer con sus llamados profundos y almendros de montaña que son refugio y hogar para muchas especies, incluyendo las majestuosas guacamayas. Los manglares, esos gigantes silenciosos, protegen nuestras costas mientras dan cobijo a peces, crustáceos y aves migratorias. ¿Se han detenido alguna vez a pensar cuántas vidas dependen de estos ecosistemas? ¿Cuántas historias están tejidas en cada rincón de nuestra biodiversidad?

Sin embargo, esta riqueza no está exenta de amenazas. La deforestación, la contaminación, el cambio climático y la sobre-explotación de los recursos están poniendo en peligro el equilibrio frágil que sostiene a todas estas especies. Según datos de la ONU, más de un millón de especies están en riesgo de extinción debido a la actividad humana. Esto no es solo un número alarmante; es un recordatorio de que el tiempo para actuar es ahora.

¿Qué pasaría si mañana los bosques nubosos de La Amistad quedaran en silencio? ¿O si los manglares que protegen nuestras costas desaparecieran bajo el peso del desarrollo insostenible? ¿Realmente queremos ser la generación que permitió eso? No se trata de una lucha entre los humanos y la vida silvestre. Más bien, debemos asumir nuestro rol como garantes de un equilibrio que nos beneficia a todos. Porque, al final, la vida silvestre no es solo su hogar; es también el nuestro.

Este 3 de marzo quiero invitarlos a empoderarnos como ciudadanos y agentes de cambio. ¿Cómo podemos contribuir? A través del conocimiento, la educación y la acción. Insto a todos, gobiernos locales, nacionales y regionales, organizaciones y comunidades, a participar en jornadas de autoinstrucción, talleres, seminarios y programas de voluntariado que promuevan el valor de la biodiversidad. Pero también a hacerlo en casa, en nuestras familias y con nuestros amigos. Recuerdo que, cuando era niño, mis padres me enseñaron a identificar los cantos y sonido de los animales en el entorno. Esa simple lección despertó en mí una curiosidad que nunca se apagó. Hoy, más que nunca, estamos obligados a transmitir esa misma pasión a las nuevas generaciones. Como bien señala la ONU, invertir en la educación ambiental de los jóvenes es una inversión invaluable para el futuro.

En Panamá, tenemos una ventaja única: somos custodios de una biodiversidad excepcional. Pero con este privilegio viene una gran responsabilidad. Debemos asegurarnos de que nuestras políticas públicas, prácticas empresariales y comportamientos individuales estén alineados con la protección de la naturaleza. Esto incluye fortalecer las áreas protegidas, promover prácticas agrícolas sostenibles, regular el uso de recursos naturales y fomentar la investigación científica sobre especies vulnerables.

Además, debemos recordar que la conservación no es tarea exclusiva de los gobiernos o las organizaciones ambientales. Cada uno de nosotros tiene un papel protagónico que desempeñar. Desde reducir el consumo de plásticos hasta apoyar iniciativas locales de reforestación, cada acción cuenta. Podemos ser voluntarios en programas de monitoreo de fauna, participar en campañas de limpieza de playas o simplemente educarnos sobre las especies que comparten nuestro entorno. La clave está en actuar con conciencia y compromiso.

Este 3 de marzo, mientras celebramos el Día Mundial de la Vida Silvestre, me gustaría imaginar un Panamá donde nuestros nietos puedan caminar por los bosques y sentir el mismo asombro que sentimos nosotros al ver un quetzal o escuchar el rugido distante de un jaguar. Ese futuro depende de lo que hagamos hoy. Y créanme, vale la pena intentarlo.

Hagamos de Panamá un modelo de conservación, donde la vida silvestre sea celebrada, protegida y valorada en toda su magnificencia. Porque, al final, la vida silvestre no es solo su hogar; es también el nuestro.
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Publicado en La Estrella de Panamá el 3 de marzo de 2025.

Bosques Vivos, Primates Protegidos – Marzo: Mes de los Primates Neotropicales

Marzo: Mes de los Primates Neotropicales Bosques Vivos, Primates Protegidos”

Con el lema ‘Bosques Vivos, Primates Protegidos’ , damos inicio al Mes de los Primates Neotropicales, una iniciativa dedicada a destacar el papel esencial de los bosques como hogar vital no solo para los primates, sino también para innumerables especies que dependen de estos ecosistemas para sobrevivir. Al proteger los bosques, no solo salvaguardamos la vida silvestre, sino que también aseguramos el equilibrio natural que sustenta la biodiversidad, el clima y el bienestar de las comunidades humanas.

Los primates de los bosques neotropicales, cumplen un papel fundamental en su arquitectura y red de vida. Como dispersores de semillas, ayudan a la regeneración natural de los bosques, contribuyendo al equilibrio ecológico y a la mitigación del cambio climático. Sin ellos, muchas especies de árboles no podrían reproducirse, afectando directamente la estructura y composición de los bosques. Sin embargo, la deforestación, la fragmentación del hábitat y otras amenazas han puesto en riesgo sus poblaciones, lo que hace urgente reforzar los esfuerzos de conservación.

Los primates del Neotrópico se caracterizan por su gran diversidad de especies, adaptadas a distintos ambientes de la región. Presentan una amplia variedad de comportamientos sociales, desde grupos familiares liderados por una pareja dominante hasta sociedades más complejas con jerarquías establecidas. Son mayormente arborícolas y utilizan su agilidad, largas colas prensiles y extremidades especializadas para moverse entre los árboles. La estrecha relación entre los primates y los bosques hace que su protección sea interdependiente: sin bosques, los primates desaparecen, y sin primates, los bosques pierden una parte fundamental de su regeneración natural.

“Si protegemos los bosques, protegemos el futuro”, es el mensaje clave de esta campaña, que enfatiza que garantizar la existencia de los bosques neotropicales es un paso esencial para la conservación de la biodiversidad y el bienestar de las comunidades que dependen de estos ecosistemas.

A lo largo del mes, Proyecto Primates Panamá desarrollará diversas actividades educativas y de sensibilización. Entre ellas, destacan exposiciones, charlas, campañas en redes sociales y publicaciones en medios de comunicación, todas con el objetivo de generar conciencia sobre la relación directa entre la salud de los bosques y la protección de los primates.

Se invita a la ciudadanía, a instituciones y a la comunidad científica a sumarse a esta iniciativa, promoviendo prácticas sostenibles y apoyando esfuerzos que garanticen la conservación de los bosques tropicales.

Panamá, 1 de marzo de 2025 Sigue leyendo

Estudio etológico de monos araña colorados (Ateles) en Panamá

Comportamiento de los Monos Araña Rojos en Panamá

C. R. CARPENTER
Journal of Mammalogy, Vol. 16, No. 3 (Ago., 1935), pp. 171-180

Objetivo del estudio

El propósito general de la investigación descrita en este documento fue complementar el conocimiento existente sobre las actividades y relaciones sociales de los primates no humanos que viven en condiciones naturales. Se eligieron los monos araña rojos (Ateles geoffroyi Kuhl) como sujetos de estudio, en línea con investigaciones previas realizadas sobre los monos aulladores (Carpenter, 1934). Se buscó recopilar datos suficientes con miras a realizar estudios comparativos en el futuro sobre distintos tipos de primates del Nuevo y Viejo Mundo.

Metodología y sitio de estudio

Los datos observacionales que sustentan este informe fueron recolectados durante dos expediciones en la región de Coto, en el occidente de Panamá. Se invirtieron un total de 48 días en el bosque, logrando en varias ocasiones realizar observaciones diarias y casi continuas de grupos o subgrupos de monos araña.

  • La primera expedición se llevó a cabo del 1 al 26 de junio de 1932.
  • La segunda expedición tuvo lugar del 18 de febrero al 12 de marzo de 1933.

Ubicación y biodiversidad

El río La Vaca atraviesa la región de Coto, un área poco cartografiada y escasamente poblada situada en la frontera entre Panamá y Costa Rica. A lo largo del río, hacia las estribaciones montañosas, el bosque es denso y rico en fauna silvestre, casi libre de la presencia de cazadores.

En esta zona habitan especies como dantas, venados, jaguares, pumas, ocelotes, tayras, pecaríes, numerosos mamíferos pequeños y una gran variedad de aves. Además, se registraron cinco tipos de monos:

  1. Monos araña rojos (Ateles geoffroyi Kuhl) – Muy abundantes, posiblemente más de 200 por cada milla cuadrada.
  2. Monos capuchinos (Cebus capucinus) – Menos numerosos.
  3. Monos aulladores (Alouatta palliata palliata) – Poco comunes, raramente vistos, aunque se les escuchaba aullando a la distancia.
  4. Monos ardilla (Saimiri oerstedii oerstedii) – Bastante frecuentes en zonas de arbustos bajos.
  5. Titís (Oedipomidas geoffroyi) – Muy escasos. {Este registro se considera errado}

Un campamento fue establecido en 1932 en esta zona de densa y prístina biodiversidad y se volvió a ocupar en 1933.

Apoyo institucional y participantes

El Dr. Herbert C. Clark, del Instituto Gorgas, invitó al autor a unirse a la expedición en 1932. La misión fue iniciada, organizada y dirigida por el Dr. Clark, quien también ayudó en la logística del campamento del año siguiente.

El trabajo fue posible gracias al respaldo del Profesor Robert M. Yerkes, de los Laboratorios de Psicobiología Comparativa de la Universidad de Yale, así como a una beca del National Research Fellowship en Ciencias Biológicas y un financiamiento adicional del Comité de Investigación sobre Problemas de Sexo del National Research Council.

Se agradece el apoyo logístico de la United Fruit Company y la Chiriquí Land Company, a través de sus representantes, Sterling Blair y Kenneth Block.

Metodología de Observación

La observación se concentró en un sector del bosque cerca del campamento, el cual fue reservado exclusivamente para este estudio. Se decidió trabajar en un área reducida para conocerla bien y registrar con detalle el comportamiento de los monos, en vez de abarcar un territorio más amplio y desconocido.

Se delimitó un área conocida como el Cuadrante Yale, la cual fue cartografiada en detalle, incluyendo:

  • Árboles de alimentación
  • Árboles usados como dormideros
  • Áreas de descanso y juego de los monos
  • Senderos camuflados para desplazamiento y observación

Cuatro grandes grupos, con un total de aproximadamente 100 individuos, habitaban este sector del bosque, permitiendo una observación detallada.

Reacciones de los monos araña ante la presencia humana

Los monos araña presentan tres tipos de reacciones cuando se encuentran con humanos:

  1. Reacción agresiva o de «intimidación»:
    • Emiten ladridos fuertes.
    • Se acercan al observador.
    • Sacuden ramas y pueden arrojar objetos.
  2. Reacción de huida:
    • Después del primer contacto, el grupo se dispersa en subgrupos.
  3. Reacción de camuflaje o inmovilidad:
    • Monos que han sido perseguidos por cazadores aprenden a quedarse completamente inmóviles y en silencio, volviéndose difíciles de detectar.

También se observó que los monos araña rompen ramas y las dejan caer hacia los observadores, especialmente cuando estos se acercan demasiado. En ocasiones, sueltan excremento y orina en dirección a intrusos, lo que se interpreta como una conducta defensiva deliberada.

Alimentación y hábitos alimentarios

Los monos araña rojos son frugívoros, con un 90% de su dieta basada en frutas y nueces. Pueden subsistir largos períodos con solo una o dos especies de frutas en temporada. Algunas de las frutas clave en su dieta incluyen:

  • «Bogamani» (nuez moscada silvestre)
  • «Berba» y «berbacilla» (legumbres tipo frijol)
  • «Higo» y «higerón» (higos silvestres)
  • «Sandi», «guyava» (guayaba) y «cainito»

En menor medida, buscan larvas e insectos debajo de la corteza de los árboles, aunque no se encontró evidencia de que coman huevos o crías de aves.

Locomoción y desplazamiento

Los monos araña tienen un modo de locomoción altamente adaptado al desplazamiento arbóreo, similar al de los gibones. Se mueven utilizando las cuatro extremidades y la cola prensil, y frecuentemente se suspenden en el aire con los brazos extendidos.

Pueden saltar más de 30 pies (9 metros) de un árbol a otro y dejarse caer hasta 7 metros en caída libre antes de agarrarse a una rama inferior. Su velocidad de desplazamiento es similar a la de un humano caminando rápido.

Organización social

Los monos araña viven en grupos semi-nómadas, sin una estructura rígida. Se dividen en subgrupos temporales que se combinan y separan a lo largo del día, manteniéndose en contacto por vocalizaciones.

Se identificaron tres tipos de subgrupos:

  1. Grupos de machos
  2. Grupos de hembras con sus crías
  3. Grupos mixtos de ambos sexos

Los machos a veces se agrupan aparte, lo que es un rasgo distintivo de la organización social de los monos araña en comparación con los monos aulladores.

Reflexión sobre el Día Mundial de los Humedales 2025

DÍA MUNDIAL DE LOS HUMEDALES

Ariel Rodríguez-Vargas

Los humedales son el cuerpo húmedo del planeta, cuerpos de agua grandes y pequeños con abundante diversidad de especies. Los humedales sin dudas conectan continentes, culturas y especies. Desde el Pantanal en Sudamérica, donde los jaguares cazan entre enormes espejos de agua, hasta los Sundarbans en Bangladesh y la India, donde los tigres de Bengala nadan entre manglares salobres, estos ecosistemas no son solo paisajes: son ecosistemas con memorias líquidas de la Tierra. Albergan poco menos de la mitad de la diversidad biológica mundial, filtran el líquido vital, nos protegen de inundaciones severas y capturan más carbono que todos los bosques tropicales juntos. Son los reservorios del denominado carbono azul. Sin embargo, su nombre resuena hoy como un grito ahogado: en los últimos 50 años, hemos destruido el 35% de estos maravillosos espacios naturales. ¿Cómo podemos destruir lo que nos sostiene? Sirva el 2 de febrero el “Día Mundial de los Humedales” como un día de reflexión mientras recorremos los humedales más emblemáticos del planeta, para aprender y asumir compromiso generacional con el presente y con el futuro de estos maravillosos ecosistemas.

En las Américas, desde las aguas turquesas del Caribe hasta los confines de América del Sur, los humedales despliegan su vitalidad. El Pantanal, el humedal tropical más grande del mundo en Brasil, Paraguay y Bolivia, hogar de jaguares, osos hormigueros gigantes y guacamayos azules trazan la trama de la biodiversidad sudamericana. Más al norte, los Everglades de Florida con manatíes y caimanes, mientras en México, los Pantanos de Centla en Tabasco emergen como un Amazonas en miniatura. Sin embargo, las obras de infraestructura, la expansión agrícola, los incendios y la urbanización masiva los ahogan lentamente, recordándonos que incluso los gigantes ecológicos tienen puntos débiles. En Panamá también tenemos nuestros humedales: los manglares del Golfo de Chiriquí, Golfo de Montijo y Golfo de Panamá y los dos grandes humedales de aguas dulces, salobres y saladas como son San San Pond Sak y Damani Guariviara en el Caribe. Tenemos mil más incluyendo nuestros ríos y arrecifes de coral.

Los manglares de David son un patrimonio natural protegido de la provincia de Chiriquí. Foto: Benny Wilson.

África con sus oasis de vida en medio de sequías y conflictos eternos. El Delta del Okavango, en Botswana, transforma el desierto del Kalahari en un laberinto acuático donde grandes elefantes y leones beben bajo cielos infinitos y un paisaje alucinante. Al otro extremo del continente, las turberas de la Cuvette Centrale, en la cuenca del Congo, almacenan billones de toneladas de carbono bajo su suelo esponjoso, un tesoro climático amenazado por la explotación petrolera. Estos humedales no son solo ecosistemas: son el corazón mismo de comunidades que luchan por sobrevivir entre la indiferencia global, que se preocupa más por el arsenal bélico para auspiciar guerras y no en el presupuesto para la restauración de los ecosistemas que legaremos a las generaciones venideras.

Eurasia teje una red de humedales donde confluyen historia y fragilidad. Entre los estuarios del Ganges y Brahmaputra tenemos el mayor bosque de manglares del planeta que protegen de los rigurosos monzones cada vez más violentos. En Europa, las marismas de Doñana, en España, sirven de último bastión a lo poco que queda de fauna en Europa, pero que para colmo, se secan por pozos ilegales para cultivos exóticos. Más al este, las turberas del Gran Pantano de Vasyugán, en la Rusia siberiana, actúan como gigantescos acondicionadores del Ártico. Todos estos paisajes, testigos de civilizaciones y migraciones, hoy enfrentan un enemigo común: la voracidad humana que prioriza el progreso efímero sobre la permanencia ecológica.

La región Asia-Pacífico guarda humedales que son espejos de culturas milenarias. El Tonlé Sap en Camboya, un lago que vive al ritmo del río Mekong, sostiene a miles de pescadores, pero las represas río arriba amenazan su ciclo vital. En Australia, los humedales de Kakadu, albergan lagunas donde flotan nenúfares y leyendas ancestrales, aunque la minería de uranio está envenenando sus aguas. Nueva Zelanda protege el Firth of Thames, un estuario clave para aves playeras, mientras Japón ve desaparecer los arrozales de Tokio, por el crecimiento urbano cuasi infinito. En medio de todo esto la extinción hace su trabajo en silencio. Por todos lados parece que andamos con afán destructivo, que le llamamos desarrollo y crecimiento.

En las regiones polares y latitudes extremas, los humedales son guardianes del clima global. Estos ecosistemas, frágiles y remotos, son termómetros del planeta: su degradación no es sólo una pérdida local, sino una alarma que resuena en cada dirección de la rosa de los vientos del planeta. Si los humedales polares caen, el colapso climático será sencillamente arrollador.

Proteger los humedales del planeta no es un acto de romanticismo ecológico, sino de lucidez existencial. La verdadera amenaza existencial de los pueblos del mundo, no son las armas avanzadas de unos, si no la destrucción ecológica del planeta. En las aguas quietas de los humedales late el equilibrio climático, en sus raíces se esconde la medicina del mañana, en sus lodos se escriben las crónicas de civilizaciones pasadas. Si adoramos la vida, no podemos financiar la destrucción de los humedales. La esperanza, sin embargo, persiste en proyectos de restauración, en leyes que se endurecen, en comunidades que defienden sus lagunas como santuarios. Los humedales son la última frontera entre un planeta habitable y el caos. Su destino no es una casualidad, sino una elección. Y en esa elección, nos jugamos todo.

En el Día Mundial de los Humedales 2025 con el lema: “Proteger los humedales para nuestro futuro común”, invita a realizar acciones colectivas concretas a fin de conservar los humedales como ecosistemas fundamentales para un planeta sostenible. ¡Manos a la obra!

El autor es Presidente de Proyecto Primates Panamá

Evaluación de la Situación de los Primates en el Mundo

Ariel Rodríguez Vargas
Director General de Proyecto Primates Panamá

Los primates, considerados «iconos de la conservación», desempeñan roles esenciales en los ecosistemas tropicales y subtropicales, no solo por su contribución a la biodiversidad, sino también por su estrecha relación evolutiva con los humanos. Sin embargo, enfrentan una crisis sin precedentes debido a actividades humanas insostenibles. A continuación, se analiza su diversidad, estado de conservación, amenazas y perspectivas futuras.

Diversidad y Distribución

El orden de los primates incluye 502 especies reconocidas, distribuidas en dos subórdenes: Strepsirhini (140 especies, como lémures y loris) y Haplorhini (362 especies, como monos, simios y tarseros). La familia más diversa es Cercopithecidae (153 especies), seguida por Pitheciidae y Callitrichidae en América del Sur. Geográficamente, se concentran en los bosques tropicales y subtropicales de tres regiones biogeográficas: Neotropical (América), Afrotropical (África) y Indomalaya (Asia). Solo tres especies habitan bosques templados, como el macaco japonés (Macaca fuscata).

Los primates dependen principalmente de bosques húmedos tropicales y subtropicales (81.6% de las especies), aunque algunos usan sabanas, manglares o áreas modificadas por humanos. Madagascar, con su alta endemicidad, alberga el 27.9% de las especies de Strepsirhini, mientras que Asia y África destacan por su diversidad de simios y monos.

Estado de Conservación

Según la Lista Roja de la UICN (2020), el 60.5% de las 468 especies evaluadas están amenazadas:

  • 14.5% En Peligro Crítico (68 especies).
  • 27.3% En Peligro (128 especies).
  • 18.6% Vulnerables (87 especies).
    Además, dos especies están extintas: el lémur perezoso gigante (
    Palaeopropithecus ingens) y el mono jamaiquino (Xenothrix megregori), ambas víctimas de la actividad humana.

Países críticos: Madagascar lidera con 22 especies en Peligro Crítico, seguido por Indonesia (9), Brasil (9) y Vietnam (7). En el Neotrópico, Colombia y Panamá reportan especies emblemáticas como el tití cabeciblanco (Saguinus oedipus) y el mono ardilla centroamericano (Saimiri oerstedii), clasificadas en peligro desde los años 70.

Amenazas Principales

  1. Pérdida de Hábitat: La agricultura, ganadería, minería y expansión urbana destruyen bosques a tasas alarmantes. Entre 2010-2015, Sudamérica y África Central perdieron el 0.24% y 0.36% de sus bosques anuales, respectivamente. Solo el 20% de los bosques tropicales están protegidos.
  2. Caza y Tráfico: El 62.8% de las especies son objetivo de caza para alimento, mascotismo o medicina tradicional. El comercio internacional sigue activo, con exportaciones legales e ilegales desde África, Asia y América.
  3. Cambio Climático: Afecta la disponibilidad de recursos y aumenta la frecuencia de eventos extremos, exacerbando la vulnerabilidad de poblaciones ya fragmentadas.
  4. Agricultura Industrial: Plantaciones de palma aceitera en Indonesia y África destruyen hábitats y aumentan la caza furtiva en bordes forestales.

Esfuerzos de Conservación

  • Evaluaciones Globales: La UICN, junto al Grupo de Especialistas en Primates, monitorea especies mediante la Lista Roja. Sin embargo, el 4.7% de las especies carecen de datos suficientes para su clasificación.
  • Acuerdos Internacionales: Los Objetivos de Aichi y el ODS 15 buscan proteger ecosistemas terrestres y detener la extinción. Aunque metas como la protección del 17% de áreas terrestres para 2020 no se cumplieron globalmente, regiones como Asia Oriental han incrementado sus bosques.
  • Ciencia Ciudadana: Iniciativas como Proyecto Primates Panamá involucran a comunidades locales en el monitoreo de especies, combinando tecnología y participación social.

Perspectivas Futuras

La supervivencia de los primates depende de acciones urgentes:

  1. Protección de Hábitats: Ampliar y gestionar eficazmente áreas protegidas, especialmente en África Occidental y Centroamérica, donde menos del 10% de los bosques están resguardados.
  2. Combate al Tráfico: Fortalecer leyes y cooperación internacional para reducir la demanda de primates como mascotas o productos.
  3. Restauración Ecológica: Recuperar corredores biológicos en bosques fragmentados para mantener flujos genéticos.
  4. Investigación y Educación: Priorizar estudios en especies con datos insuficientes y promover educación ambiental para reducir la caza y el consumo.

Conclusión

Los primates enfrentan un riesgo existencial: sin una intervención inmediata, muchas especies desaparecerán en décadas. Su conservación no solo preserva la biodiversidad, sino que protege ecosistemas vitales para el equilibrio climático y el bienestar humano. La integración de agendas globales, ciencia local y participación comunitaria es clave para revertir esta crisis. Como señala el documento, «si la sociedad no protege a los primates, tampoco salvaguardará la biodiversidad asociada a ellos».

REFERENCIA

Rodríguez-Vargas, A. R. (2020). Ecology and Conservation of the World’s Primates. En W. Leal Filho et al. (Eds.), Life on Land. Encyclopedia of the UN Sustainable Development Goals (pp. 1-19). Springer Nature Switzerland AG. https://doi.org/10.1007/978-3-319-71065-5_139-1

Mono nocturno (Aotus zonalis) en el Parque Natural Metropolitano, Ciudad de Panamá. Foto: Jorge Moisés Herrera.

La Educación Ambiental y el currículo educativo hacia la sostenibilidad

La Educación Ambiental y el currículo educativo hacia la sostenibilidad

Laura Patiño Cano*

En la Conferencia Mundial sobre Educación para el Desarrollo Sostenible, celebrada en mayo de 2021 y organizada por la UNESCO, se adoptó la Declaración de Berlín que marca la ruta del decenio 2020 al 2030 hacia la sostenibilidad, destacando la educación como herramienta clave para este fin. Audrey Azoulay, directora de la UNESCO, señaló: “La educación ambiental es crucial para transformar nuestra relación con el planeta. Es imperativo invertir en esta disciplina para preservar nuestro mundo”.

Esta declaración no solo recalca los desafíos globales, sino que también subraya la urgencia de adaptar nuestros sistemas educativos para formar ciudadanos conscientes y comprometidos con el medio ambiente. Los cinco ámbitos de acción prioritarios incluyen la transformación de los entornos de aprendizaje y el fortalecimiento de las capacidades de los educadores, entre otros.

En Panamá, la necesidad de reformar la educación ambiental es palpable. Nuestros estudiantes enfrentan la realidad de un planeta en riesgo, donde la equidad y la justicia ambiental aún son metas lejanas. Las barreras financieras, logísticas y de infraestructura limitan las experiencias educativas inmersivas en nuestros ricos ecosistemas, restringiendo las giras estudiantiles y el aprendizaje práctico en reservas o áreas protegidas.

Es crucial que transformemos la forma en que enseñamos y aprendemos sobre el medio ambiente. Necesitamos metodologías que no solo informen, sino que también inspiren y movilicen a los jóvenes para que se conviertan en agentes de cambio. Los educadores deben estar equipados con recursos actualizados y efectivos para superar los obstáculos que impiden conectar a los estudiantes con la realidad ambiental.

La colaboración entre gobiernos, instituciones educativas, oenegés y comunidades es fundamental para integrar los principios de la Declaración de Berlín en nuestra educación. El 2025 ha sido declarado el año para centralizar la educación ambiental en el currículo educativo panameño. Este es un llamado a la acción para que todos los sectores trabajen unidos en la implementación de una educación que empodere a nuestras futuras generaciones para enfrentar y superar los retos ambientales del presente y asegurar un futuro sostenible para todos.

Invitamos a la sociedad panameña a abrazar esta causa y a promover un cambio educativo que nos lleve hacia un desarrollo más sostenible y consciente. La educación ambiental no es solo una asignatura más; es el camino hacia la supervivencia y buena calidad de vida de nuestra sociedad en armonía con la naturaleza. El tiempo no perdona, y no nos perdonará si no acogemos a tiempo las iniciativas de tomar en serio, de una vez por todas, la educación ambiental para lograr la sostenibilidad en todos los aspectos que demanda la lógica y nuestro propio futuro. La inacción no es una opción si queremos preservar el bienestar de las generaciones venideras.

Hacemos un llamado urgente al Ministerio de Educación y a todas las universidades para que capaciten a los maestros y profesores con un perfil profesional que abarque el conocimiento, dominio y práctica de la sostenibilidad. Es esencial que estos educadores estén preparados para trazar el camino que demanda una responsabilidad plena con la sostenibilidad, adoptándola como el paradigma ineludible para el desarrollo de nuestra nación.

A través de una educación que integre plenamente estos principios, podemos transformar la forma en que interactuamos con nuestro entorno y asegurar un futuro donde el desarrollo sostenible no sea simplemente un objetivo, sino una realidad palpable y continua.

* La autora es Directora Ejecutiva de Proyecto Primates Panamá

Publicado en La Estrella de Panamá el 26 de enero de 2025. Por favor acceda aquí.

 

Descubre la Ruta de los Primates en Panamá

La Ruta de los Primates en Panamá, diseñada por Proyecto Primates Panamá, ofrece una experiencia integral para los amantes de la naturaleza y la vida silvestre. Más allá de ser un simple recorrido turístico, esta ruta es una invitación a descubrir y valorar la rica diversidad de primates que habitan en las frondosas selvas tropicales de Panamá. Además, la ruta enriquece su itinerario con atractivos marinos, costeros, urbanos e históricos, ofreciendo una visión completa del patrimonio natural y cultural del país. La ruta es completamente autoguiada, lo que le permite explorar los sitios recomendados a su propio ritmo. Al adentrarse en este viaje, encontrará a los primates muy cerca de usted, garantizando un encuentro directo y respetuoso con el mundo natural y las maravillas que Panamá tiene para ofrecer.

La Ruta de los Primates es un itinerario visual y educativo que destaca las áreas de Panamá donde los visitantes pueden observar diversas especies de primates en su hábitat natural. A lo largo de esta ruta, se pueden encontrar desde el esquivo mono araña hasta el listo mono capuchino, cada uno con sus propios hábitos y características únicas.

Atractivos de la Ruta

  • Diversidad de Especies: Panamá es hogar de 8 especies de primates, incluyendo el mono aullador, el mono capuchino cariblanco, y el mono araña, entre otros. La Ruta de los Primates te permite ver estas fascinantes especies en áreas naturales, áreas protegidas y reservas naturales publicas o privadas.
  • Experiencias Fotográficas: Para los entusiastas de la fotografía, la Ruta de los Primates ofrece oportunidades incomparables para capturar imágenes de la vida silvestre en su entorno natural, en el corazón de la biodiversidad panameña.
  • Paisajes súper especiales: la ruta es mágica y diversa. Hay desde hermosas playas, montañas, ríos y ciudades.

Impacto de la Ruta

Al participar en la Ruta de los Primates, los visitantes no solo disfrutan de la belleza de la naturaleza, sino que también apoyan directamente las iniciativas locales de conservación. Cada visita contribuye a proyectos que ayudan a mantener y proteger los hábitats críticos para la supervivencia de estos animales.

Planifica Tu Visita

Para los interesados en explorar la Ruta de los Primates, recomendamos llevar binoculares, cámaras profesionales o buenas cámaras de un teléfono móvil, y sobre todo un espíritu de aventura y respeto por la naturaleza.

¡Visita los diferentes puntos de la Ruta de los Primates y recuerda respetar y apoyar a las comunidades locales!

Taller de Educación Ambiental Para la Conservación de Bosques Urbanos en Panamá

En el marco del XXVI Congreso de la Sociedad Mesoamericana para la Biología y la Conservación, celebrado en la Ciudad del Saber en Panamá, Proyecto Primates Panamá organizó el 21 de enero de 2025 un importante taller de Educación Ambiental (EA) dedicado a la conservación de los bosques urbanos. El evento contó con la participación activa de 34 profesionales de diversas nacionalidades, incluyendo expertos de México, Costa Rica, El Salvador, Perú, Estados Unidos y Panamá.

Este taller se centró en reforzar las distintas modalidades de educación ambiental y desarrollar estrategias efectivas para la conservación de los espacios verdes urbanos, que son esenciales para el bienestar de las ciudades. Durante el evento, se diseñaron cuatro actividades educativas modelo para cada modalidad abordada, todas centradas en la temática de los bosques urbanos. Estas actividades están diseñadas para ser replicadas y adaptadas en diversos contextos urbanos, ayudando así a promover una mayor conciencia y acción en favor de estos importantes ecosistemas.

Las modalidades de educación ambiental fueron abordadas con el objetivo de proporcionar una base teorética y pragmática, sólida y diversa para enfrentar los retos de la conservación no sólo de los bosques urbanos, si no de todos los temas ambientales relevantes que debemos abordar como sociedad.

Estructura del Taller

  • Palabras de Bienvenida e Introducción al taller: Comenzando a las 8:00 am, se establecieron los objetivos y la importancia del taller.
  • Estrategias educativas para la conservación: Entre las 8:30 y 9:30 am, se discutieron estrategias específicas para cada modalidad de EA, lideradas por expertos en el campo:
    • Educación comunitaria: Lic. Roxana García y Lic. Cinthia Samaniego de la organización ProEcoAzuero.
    • Educación formal: MSc. Adriana Sautu de Praxia Educational Consultants.
    • Educación no formal: Dr. Ariel Rodríguez de Proyecto Primates Panamá y la Universidad de Panamá.
    • Educación informal: Dra. Indra Candanedo de la Universidad Tecnológica de Panamá.
  • Técnicas y métodos educativos: Una sesión de 30 minutos donde se exploraron diversas técnicas y métodos aplicables en EA.
  • Sesión práctica: Los participantes diseñaron una actividad educativa, aplicando los conocimientos adquiridos.
  • Discusión y Cierre: La jornada concluyó con una discusión sobre los aprendizajes del día y pasos a seguir para la implementación de las estrategias discutidas.

El taller no solo sirvió como un espacio para la capacitación y el intercambio de conocimientos, sino también como un punto de encuentro para fortalecer la red de profesionales dedicados a la educación ambiental y la conservación en la región mesoamericana.

Modalidades de Educación Ambiental Discutidas:

  1. Formal: Integración de la educación ambiental en los currículos escolares a todos los niveles.
  2. No formal: Actividades educativas dirigidas a grupos organizados de todo tipo que se realizan fuera del sistema educativo formal, como talleres, charlas y exposiciones.
  3. Informal: Procesos educativos que ocurren durante las actividades diarias, como la educación que se transmite a través de medios de comunicación y otras plataformas.
  4. Comunitaria: Enfoque que involucra activamente a la comunidad en el aprendizaje y en la acción ambiental, fomentando la toma de decisiones y cambios a nivel local.

Nuevas Vallas Educativas Ambientales en Monte Verde y Charco Azul

En un esfuerzo por aumentar la conciencia ambiental y fomentar la conservación de la biodiversidad local, Proyecto Primates Panamá ha instalado dos nuevas vallas educativas ambientales en las áreas de Monte Verde y Charco Azul. Este proyecto ha sido posible gracias al apoyo de Petroterminal de Panamá y al dedicado trabajo de los voluntarios de la organización.

Valla ambiental instalada en la comunidad de Monte Verde en Puerto Armuelles, Chiriquí, Panamá.

Las vallas, estratégicamente ubicadas en puntos clave de ambas localidades, están diseñadas para captar la atención y educar tanto a residentes como a visitantes sobre la importancia de proteger los ecosistemas y la diversa fauna que estos albergan. Los paneles presentan diseños coloridos y contienen mensajes informativos que destacan especies emblemáticas de Panamá y ofrecen consejos prácticos para la conservación ambiental.

La iniciativa se basa en la filosofía de que la educación es fundamental para la conservación. A través de estas vallas educativas, Proyecto Primates Panamá busca informar y sensibilizar a la comunidad sobre la rica biodiversidad del país, fomentando una cultura de respeto y cuidado hacia el medio ambiente. Estas herramientas visuales son diseñadas para proporcionar conocimientos de manera accesible, incentivando la reflexión y la acción por parte del público.

Proyecto Primates Panamá agradece a todos los colaboradores involucrados en este proyecto y extiende una invitación a la comunidad para visitar Monte Verde y Charco Azul, donde se puede apreciar directamente la belleza natural que la organización se esfuerza por proteger. La participación y el apoyo continuo de la comunidad son esenciales para la conservación efectiva de los valiosos recursos naturales del país.