Archivo por meses: abril 2025

Bosques nubosos y la biodiversidad en el Día de la Tierra

Bosques nubosos como islas de biodiversidad

Ariel Rodríguez-Vargas

En Panamá, los bosques nubosos no solo albergan una biodiversidad única, también son claves para nuestra seguridad hídrica y climática. Estos bosques no están desconectados de nuestra historia y tampoco de nuestro futuro. En la década de 1960, mientras Panamá aún dibujaba su mapa ecológico, un joven herpetólogo llamado Charles W. Myers se adentró en las montañas más remotas del país. Armado solo con brújula, cuadernos de campo y la sabiduría de guías locales, Myers documentó por primera vez esos bosques envueltos en niebla que hoy llamamos nubosos. En 1969, en la revista American Museum Novitates, los describió como “islas vivas de evolución”—reliquias de un mundo antiguo donde la biodiversidad se escribe en presente.

Medio siglo después, su intuición se ha convertido en evidencia científica, pues los bosques nubosos de Panamá son catedrales de vida. Albergan el 30% de las especies endémicas del país. Cada hectárea perdida borra interacciones únicas. Hay en cada espacio orquídeas polinizadas por insectos irrepetibles, helechos que solo brotan donde la niebla besa el suelo, hongos que resucitan troncos en descomposición.

Pero su valor trasciende la biología. Estos bosques son esponjas hidrológicas estratégicas. El denso follaje captura la humedad del aire y libera el 40% del agua a los ríos que abastecen a las plantas potabilizadoras, según datos hidrológicos del Ministerio de Ambiente. Ríos como el Chagres y cuencas que nacen en el Volcán Barú dependen grandemente de estos bosques. Además, cada hectárea absorbe hasta 300 toneladas por hectárea, según estimaciones técnicas recientes, superando a bosques de tierras bajas. En un país que se promociona como verde, esta capacidad no es solo ambiental, es estratégica.

Sin embargo, entre 2000 y 2024, hemos perdido 18% de su cobertura. La agricultura de café de altura o cafés especiales, hortalizas y otros rubros, impulsada por mercados que priorizan el precio sobre la integridad ecológica, devasta o desnaturaliza los bosques de tierras altas y destruye la biodiversidad asociada. Solo el 26% de estos bosques están protegidos. Corredores vitales como la Serranía de Cañazas (Veraguas) o Cerro Santiago, hogar de jaguares y robles milenarios, carecen de protección legal. Cerro Punta, con sus bosques nubosos y suelos fértiles por el legado del bosque y las cenizas volcánicas, no solo es una joya ecológica, sino también un hogar para personas que han defendido históricamente ese entorno. Una de ellas es Damaris Sánchez Samudio, que ha trabajado por la conservación local durante años. En Boquete, Ezequiel Miranda se ha destacado como defensor ambiental comprometido. Con gente como ellos, no perdemos la esperanza de que los bosques nubosos pueden recuperarse.

La esperanza no es un discurso, debe ser acción. En Cerro Campana, proyectos de restauración han recuperado el 70% de la funcionalidad hídrica en una década. El bosque puede regenerarse, pero necesita compromiso multisectorial. No basta con áreas protegidas; urge integrar políticas de desarrollo sostenible, inversión en restauración y educación ciudadana.

El verdadero enemigo no es la motosierra, sino la indiferencia generacional. Subestimar estos ecosistemas y sus servicios ecosistémicos equivale a sabotear nuestras torres de control climático, bancos genéticos y fuentes de agua. Perderlos sería condenarnos a una pobreza no solo ecológica, sino también económica. No olvidar que el turismo científico y de naturaleza aporta el 10% del producto interno bruto (PIB).

Este 22 de abril de 2025, celebremos el Día de la Tierra con hechos. Desde apoyar iniciativas de reforestación hasta exigir regulaciones claras para salvar lo que falta. Sigamos el legado de Myers, tengamos curiosidad científica, respeto por lo ancestral y voluntad de actuar. Los bosques nubosos no son postales; son pulmones, semillas y raíces del futuro panameño. Cuidarlos es cuidarnos.

El autor es académico y presidente de Proyecto Primates Panamá.

Publicado en La Estrella de Panamá el 22 de abril de 2025 – Día del Tierra
https://www.laestrella.com.pa/opinion/columnistas/bosques-nubosos-como-islas-de-biodiversidad-AA11995522

Día Mundial de la Tierra 2025: «Nuestro Poder, Nuestro Planeta»

Día Mundial de la Tierra 2025: «Nuestro Poder, Nuestro Planeta»

Mensaje de Proyecto Primates Panamá

Este 22 de abril, el mundo celebra una vez más el Día Mundial de la Tierra, una fecha que nos invita a reflexionar y reafirmar nuestro compromiso con el planeta. Bajo el lema de este año, “Nuestro Poder, Nuestro Planeta”, se resalta el papel fundamental que juegan las personas en la defensa del medio ambiente y en la lucha contra el cambio climático.

A más de 50 años de su primera conmemoración, el Día de la Tierra se ha consolidado como una de las movilizaciones ambientales más importantes a nivel global. Sin embargo, el contexto actual exige mucho más que celebraciones simbólicas. El planeta enfrenta múltiples amenazas: aumento acelerado de las temperaturas, pérdida de biodiversidad, contaminación de suelos y océanos, deforestación, escasez de agua y fenómenos climáticos extremos que impactan a millones de personas cada año.

En Panamá, la situación no es ajena a esta crisis global. Seguimos perdiendo bosques a un ritmo alarmante, mientras actividades insostenibles, como la ganadería extensiva no tecnificada, siguen siendo financiadas por la banca con la anuencia explícita del Estado. Este modelo de desarrollo insostenible debe ser inadmisible en pleno siglo XXI. Los monocultivos extensivos, que carecen de compromisos claros con la creación de corredores biológicos, reservas naturales o medidas efectivas de restauración, tampoco representan un verdadero progreso. Por el contrario, perpetúan un legado de destrucción ambiental que compromete el futuro de las próximas generaciones.

Frente a esta realidad, reconocemos que los gobiernos, las empresas y las organizaciones tienen grandes responsabilidades. Sin embargo, ningún esfuerzo será suficiente si no contamos con el compromiso diario de cada individuo: hombres, mujeres y niños. Este 2025, el mensaje es claro: el verdadero cambio comienza en casa, en la escuela, en el barrio y en nuestras decisiones cotidianas . Cada persona tiene el poder de contribuir, con su ejemplo, a la construcción de una cultura de respeto y cuidado hacia la Madre Tierra.

Desde Proyecto Primates Panamá, rechazamos categóricamente la minería y cualquier actividad destructiva o contaminante que priorice el crecimiento económico a corto plazo, mientras destruye ecosistemas clave en el presente y compromete el futuro. Este tipo de prácticas, impulsadas bajo argumentos de aumentar el PIB, restan oportunidades y recursos a las próximas generaciones, perpetuando un modelo insostenible que ignora la Constitución, las leyes y los principios democráticos que ayudan a respetar consensos, tratados y visiones a largo plazo de país.

Instamos a todos los actores del país, especialmente a los ciudadanos, a asumir con firmeza y visión a largo plazo la responsabilidad de proteger nuestra naturaleza. La naturaleza no solo es nuestro hogar; es también la fuente de vida que nos sostiene.

El poder está en nuestras manos. Hagamos de este 2025 un punto de inflexión hacia un futuro más sostenible, justo y equitativo para todos.

——————-

Dr. Ariel Rodríguez-Vargas
Presidente
Proyecto Primates Panamá