EDUCACIÓN AMBIENTAL Y SOSTENIBILIDAD

Educación para la sostenibilidad

La educación ambiental por si sola no es promotora de la integralidad que representa la sostenibilidad, ya que su enfoque es hacia el pilar ambiental y no hace interrelación suficiente con los pilares social y económico, ni hace profundización de los elementos científicos que incluyen los retos a resolver por el país en los aspectos fundamentales que involucra el desarrollo sostenible. Ello no implica que deja de ser valiosa la praxis de educación ambiental tradicional, pero aislada como se ha hecho hasta ahora, no es el mejor camino para la comprensión plena de la sostenibilidad como un todo. Recordemos que los grandes problemas ambientales del mundo, los generan tanto los individuos, la sociedad, los gobiernos locales y nacionales, así como los agentes económicos.

«Todavía quedan muchas cosas en el mundo por las que merece la pena luchar. Muchas cosas bellas, mucha gente maravillosa luchando por revertir el daño causado, por ayudar a aliviar el sufrimiento. Y muchísima gente joven dedicada a hacer de este un mundo mejor. Todos están ‘conspirando’ para inspirarnos y darnos la esperanza de que aún no es demasiado tarde para cambiar las cosas, siempre y cuando cada uno hagamos nuestra parte».


Jane Goodall

La sociedad en general, los académicos y los tomadores de decisión todavía no comprenden adecuadamente el concepto de desarrollo sostenible. La ciencia naciente de la sostenibilidad es un camino adecuado a seguir para comprender la dimensión de este problema y sobre todo para promover este concepto como misión fundamental para lograr un armónico desarrollo sostenible, que una vez logrado impactará profundamente en el bienestar humano generalizado de la sociedad hacia el futuro.

Nosotros los científicos y las instituciones académicas o de investigación que representamos, debemos ser capaces de participar activamente en conjunto con los tomadores de decisión en la generación del conocimiento con las investigaciones pertinentes para conocer el estado actual del Desarrollo Sostenible y sus indicadores prioritarios. Urge que los científicos que comprendemos la importancia estratégica del Desarrollo Sostenible no nos quedemos detrás de la ciencia o dentro de nuestra burbuja dejando que los actores políticos yerren en sus decisiones, pensando que no es nuestra responsabilidad ilustrarlos sobre el camino correcto a seguir.

En la construcción de esa sostenibilidad se requiere hacer investigaciones concretas, siguiendo cada indicador propuesto de desarrollo que nos resuelva los datos necesarios para tomar las decisiones acertadas y que la manecilla del desarrollo sostenible de cada país se mueva de manera positiva, cada vez que se hacen investigaciones bien enfocadas hacia elucidar el estado actual de los problemas, pero también trabajando rápidamente en las investigaciones que ayudan a aumentar el índice positivo de avance de los indicadores que nos dan bienestar y desarrollo pleno generacional. Para ello debemos resolver un gran reto: hacer educación para asumir la sostenibilidad en la formación de los estudiantes en todos los niveles, la sociedad y la comunidad científica.

Los retos de la sostenibilidad requieren nuevas formas de producción de conocimiento y tomas de decisión, teniendo en cuenta los enfoques de investigación transdisciplinarios, basados en la comunidad, que sean participativos para cumplir tanto con los requisitos planteados por los problemas del mundo real como con los objetivos de la ciencia de la sostenibilidad como campo científico transformacional. Este campo transformacional también se requiere en la sociedad, a través de una formación educativa permanente en la sociedad para asumir los retos de la sostenibilidad requeridos.

Por tanto, sugiero pasemos de la Educación Ambiental a la Educación para la Sostenibilidad ya que los problemas ambientales del planeta no están desligados de las aspectos sociales y económicos de las naciones y el mundo.

Sostenibilidad tiene connotación de praxis política individual, colectiva y de políticas de Estado, pero también tiene connotación y definición de ciencia. Por ende nosotros como sociedad debemos ir hacia allá, donde evidentemente es integral el conocimiento. En mi opinión creo que no basta con saber educación ambiental, sino comprendemos la otras dimensiones correlacionadas: social y económica (o socioeconómica).

Lic. Mixila Arauz de la Secretaría Nacional de Ciencia y Tecnología participando de una jornada de educación ambiental abierta en la ciudad de David.
Exposicíón fotográfica de Primates de Chiriquí.

Por ende, debemos pasar de una educación ambiental como eje transversal de la educación a una Educación para la Sostenibilidad (E.S) a todo nivel, que evidentemente involucra todas las áreas del conocimiento de manera directa o indirecta. Dicho esto, nos corresponde formar a las generaciones actuales y las futuras generaciones como líderes con conocimientos profundos ajustados a la sostenibilidad bajo la realidad cultural de los pueblos, como sugiere la UNESCO. La sostenibilidad debe convertirse en la piedra angular del desarrollo y es la aspiración de todos, a eso le llamaríamos Desarrollo Sostenible. No habrá desarrollo sostenible con gobernantes o tomadores de decisión que al llegar a las instituciones no comprenden y no tienen internalizada la triada del desarrollo sostenible: social, ambiental y económica. En la actualidad lo que vemos en el mundo refleja eso.

Por eso es que probablemente ninguno de nosotros toma tan en serio la dimensión ambiental y social, pero sí estamos atentos a la económica. A la bursatilidad y no a la sostenibilidad. Es muy probable que hasta nosotros creamos que lo más importante en la vida es un buen oficio propio o un empleo bien remunerado. Buscamos mejorar nuestros indicadores económicos personales o de colectividad, pero no es tan grave en nuestra psiquis, que cada día los ríos de nuestros pueblos y ciudades aumenten su DBO o la pérdida de bosques y biodiversidad continúe como todos los días. Tampoco nos fijamos diariamente como ha bajado o subido la pobreza multidimensional en nuestras sociedades.

Es posible que la mayoría de nosotros queramos tener un aire acondicionado en nuestras habitaciones y probablemente le hemos puesto ventanas francesas a nuestras casa, sin percatarnos que son acciones personales que ayudan destruir la sostenibilidad, ya que no estamos dimensionando las consecuencias del crecimiento de la demanda energética y por ende, nosotros, somos los impulsores de manera directa de la necesidad de hacer más plantas de generación eléctrica a costa de los ecosistemas de los ríos, entre otras cosas.

De todas las metas de los ODS 2015-2030 es rescatable para este enfoque la meta No. 4 sobre EDUCACIÓN DE CALIDAD que en el punto 4.7 hace un enunciado clave para motivar la formación ciudadana en sostenibilidad a través la educación formal: «De aquí a 2030, asegurar que todos los alumnos adquieran los conocimientos teóricos y prácticos necesarios para promover el desarrollo sostenible, entre otras cosas mediante la educación para el desarrollo sostenible y los estilos de vida sostenibles, los derechos humanos, la igualdad de género, la promoción de una cultura de paz y no violencia, la ciudadanía mundial y la valoración de la diversidad cultural y la contribución de la cultura al desarrollo sostenible.» que se logra con la incorporación en todos los niveles en las políticas públicas nacionales de educación y los planes de estudio, incluyendo la formación del profesorado y la evaluación de los estudiantes en el tema.

Autor: Ariel Rodríguez Vargas, Proyecto Primates Panamá