Archivo por meses: marzo 2025

Día Mundial de la Vida Silvestre 2025

Celebrando el Día Mundial de la Vida Silvestre

Ariel Rodríguez-Vargas

Proyecto Primates Panamá

El 3 de marzo se celebra el Día Mundial de la Vida Silvestre , una fecha que nos invita a reflexionar sobre nuestra relación con la naturaleza y el papel crucial que desempeñamos como guardianes del planeta. En un mundo donde los ecosistemas enfrentan amenazas sin precedentes, es imperativo reconocer que la vida silvestre no solo embellece nuestro entorno, sino que también sostiene nuestra existencia. Desde el aire que respiramos hasta los alimentos que consumimos, cada aspecto de nuestra vida depende de la salud de estos sistemas vivos.

Hace unos años, durante una caminata por los bosques nubosos de Chiriquí, tuve la suerte de encontrarme cara a cara con un quetzal. Su plumaje iridiscente brillaba bajo los rayos del sol filtrados por la neblina, y en ese momento entendí lo que significa ser testigo de algo verdaderamente mágico. El quetzal no es solo un ave; es un símbolo vivo de los bosques que protege, una conexión entre culturas y territorios que une desde México hasta Panamá. Y aquí, en nuestro país, tenemos la suerte de albergar dos especies distintas: una en el occidente del istmo y otra en Darién. Dos especies, dos Reservas de la Biosfera, La Amistad y Darién, y una sola responsabilidad compartida de cuidarlas.

Pero el quetzal no está solo. En Panamá conviven jaguares que cruzan sigilosamente las selvas, águilas arpías que vigilan desde las copas de los árboles, monos aulladores que llenan el amanecer con sus llamados profundos y almendros de montaña que son refugio y hogar para muchas especies, incluyendo las majestuosas guacamayas. Los manglares, esos gigantes silenciosos, protegen nuestras costas mientras dan cobijo a peces, crustáceos y aves migratorias. ¿Se han detenido alguna vez a pensar cuántas vidas dependen de estos ecosistemas? ¿Cuántas historias están tejidas en cada rincón de nuestra biodiversidad?

Sin embargo, esta riqueza no está exenta de amenazas. La deforestación, la contaminación, el cambio climático y la sobre-explotación de los recursos están poniendo en peligro el equilibrio frágil que sostiene a todas estas especies. Según datos de la ONU, más de un millón de especies están en riesgo de extinción debido a la actividad humana. Esto no es solo un número alarmante; es un recordatorio de que el tiempo para actuar es ahora.

¿Qué pasaría si mañana los bosques nubosos de La Amistad quedaran en silencio? ¿O si los manglares que protegen nuestras costas desaparecieran bajo el peso del desarrollo insostenible? ¿Realmente queremos ser la generación que permitió eso? No se trata de una lucha entre los humanos y la vida silvestre. Más bien, debemos asumir nuestro rol como garantes de un equilibrio que nos beneficia a todos. Porque, al final, la vida silvestre no es solo su hogar; es también el nuestro.

Este 3 de marzo quiero invitarlos a empoderarnos como ciudadanos y agentes de cambio. ¿Cómo podemos contribuir? A través del conocimiento, la educación y la acción. Insto a todos, gobiernos locales, nacionales y regionales, organizaciones y comunidades, a participar en jornadas de autoinstrucción, talleres, seminarios y programas de voluntariado que promuevan el valor de la biodiversidad. Pero también a hacerlo en casa, en nuestras familias y con nuestros amigos. Recuerdo que, cuando era niño, mis padres me enseñaron a identificar los cantos y sonido de los animales en el entorno. Esa simple lección despertó en mí una curiosidad que nunca se apagó. Hoy, más que nunca, estamos obligados a transmitir esa misma pasión a las nuevas generaciones. Como bien señala la ONU, invertir en la educación ambiental de los jóvenes es una inversión invaluable para el futuro.

En Panamá, tenemos una ventaja única: somos custodios de una biodiversidad excepcional. Pero con este privilegio viene una gran responsabilidad. Debemos asegurarnos de que nuestras políticas públicas, prácticas empresariales y comportamientos individuales estén alineados con la protección de la naturaleza. Esto incluye fortalecer las áreas protegidas, promover prácticas agrícolas sostenibles, regular el uso de recursos naturales y fomentar la investigación científica sobre especies vulnerables.

Además, debemos recordar que la conservación no es tarea exclusiva de los gobiernos o las organizaciones ambientales. Cada uno de nosotros tiene un papel protagónico que desempeñar. Desde reducir el consumo de plásticos hasta apoyar iniciativas locales de reforestación, cada acción cuenta. Podemos ser voluntarios en programas de monitoreo de fauna, participar en campañas de limpieza de playas o simplemente educarnos sobre las especies que comparten nuestro entorno. La clave está en actuar con conciencia y compromiso.

Este 3 de marzo, mientras celebramos el Día Mundial de la Vida Silvestre, me gustaría imaginar un Panamá donde nuestros nietos puedan caminar por los bosques y sentir el mismo asombro que sentimos nosotros al ver un quetzal o escuchar el rugido distante de un jaguar. Ese futuro depende de lo que hagamos hoy. Y créanme, vale la pena intentarlo.

Hagamos de Panamá un modelo de conservación, donde la vida silvestre sea celebrada, protegida y valorada en toda su magnificencia. Porque, al final, la vida silvestre no es solo su hogar; es también el nuestro.
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Publicado en La Estrella de Panamá el 3 de marzo de 2025.

Bosques Vivos, Primates Protegidos – Marzo: Mes de los Primates Neotropicales

Marzo: Mes de los Primates Neotropicales Bosques Vivos, Primates Protegidos”

Con el lema ‘Bosques Vivos, Primates Protegidos’ , damos inicio al Mes de los Primates Neotropicales, una iniciativa dedicada a destacar el papel esencial de los bosques como hogar vital no solo para los primates, sino también para innumerables especies que dependen de estos ecosistemas para sobrevivir. Al proteger los bosques, no solo salvaguardamos la vida silvestre, sino que también aseguramos el equilibrio natural que sustenta la biodiversidad, el clima y el bienestar de las comunidades humanas.

Los primates de los bosques neotropicales, cumplen un papel fundamental en su arquitectura y red de vida. Como dispersores de semillas, ayudan a la regeneración natural de los bosques, contribuyendo al equilibrio ecológico y a la mitigación del cambio climático. Sin ellos, muchas especies de árboles no podrían reproducirse, afectando directamente la estructura y composición de los bosques. Sin embargo, la deforestación, la fragmentación del hábitat y otras amenazas han puesto en riesgo sus poblaciones, lo que hace urgente reforzar los esfuerzos de conservación.

Los primates del Neotrópico se caracterizan por su gran diversidad de especies, adaptadas a distintos ambientes de la región. Presentan una amplia variedad de comportamientos sociales, desde grupos familiares liderados por una pareja dominante hasta sociedades más complejas con jerarquías establecidas. Son mayormente arborícolas y utilizan su agilidad, largas colas prensiles y extremidades especializadas para moverse entre los árboles. La estrecha relación entre los primates y los bosques hace que su protección sea interdependiente: sin bosques, los primates desaparecen, y sin primates, los bosques pierden una parte fundamental de su regeneración natural.

“Si protegemos los bosques, protegemos el futuro”, es el mensaje clave de esta campaña, que enfatiza que garantizar la existencia de los bosques neotropicales es un paso esencial para la conservación de la biodiversidad y el bienestar de las comunidades que dependen de estos ecosistemas.

A lo largo del mes, Proyecto Primates Panamá desarrollará diversas actividades educativas y de sensibilización. Entre ellas, destacan exposiciones, charlas, campañas en redes sociales y publicaciones en medios de comunicación, todas con el objetivo de generar conciencia sobre la relación directa entre la salud de los bosques y la protección de los primates.

Se invita a la ciudadanía, a instituciones y a la comunidad científica a sumarse a esta iniciativa, promoviendo prácticas sostenibles y apoyando esfuerzos que garanticen la conservación de los bosques tropicales.

Panamá, 1 de marzo de 2025 Sigue leyendo