HISTORIAS DE PRIMATES

Juancho, un mono aullador costeño

Su nombre es Juancho. Es un mono concón adulto, con familia y con esperanzas de vivir larga vida en Punta Burica. Cada mañana y tarde aulla fuertemente, en competencia con otros machos del lugar. En las mañanas de abril se va hasta la playa donde rompen las olas, a comer almendras de playa. Juancho es vegetariano. Come frutas de temporada y mucha materia vegetal tierna que le provee el bosque.

Es un mono sabio y con mucha experiencia. Por eso, su nombre es en honor a John Michael Garbis, debido a que él ha sido un líder en custodiar gran parte de los bosques de Punta Burica, para la conservación de las tres especies de Primates que aún viven en la zona. Desde hace más de 15 años la familia Garbis custodia los bosques de los que depende Juancho y su familia, desde la Quebrada Resbalosa hasta la Quebrada Burica.

Los bosques costeros donde vive Juancho son claves para la supervivencia a largo plazo de él y su familia de Primates. Estos bosques requieren de corredores para conectar los bosques costeros con los bosques de tierra firme y otros parches de vegetación costeros. Para Juancho cada árbol cuenta para su supervivencia.

Los bosques naturales de la Península de Burica, en pleno siglo XXI, siguen disminuyendo, frente al hacha, la sierra y el filoso machete. La tala, quema, roza y potrerización siguen ocurriendo. Los corredores boscosos de los ríos son cortados de tajo en carreteras improvisadas para el paso de equipo pesado, que se abre hacia los nuevos cultivos de arroz industrial y de palma de aceite. Se acaba de a poco, lo último verde que queda.

Deforestación en la Península de Burica.

Si no se inicia un proceso de restauración ecológica, la biodiversidad de la región terminará totalmente colapsada, como ya ocurre en otras parte de la provincia de Chiriquí y del país.

Juancho no sabe qué pasa, lo que sí sabe es que ellos no comen arroz, ni tampoco hojas de palma y mucho menos pasto. Juancho y todos los de su especie siguen arrinconados, aislados, pero con mucho ánimo de seguir aullando en los reductos de bosque que quedan.

Un Estado moderno puede proteger a Juancho y todos los Primates de Burica y del país. Sólo falta voluntad y decisión para ello. Los científicos no pueden hacer el trabajo que le corresponde a las entidades fiscalizadoras del ambiente, sólo pueden ayudar a comprender la magnitud del problema y a proponer soluciones donde gane el país, el ambiente y la biodiversidad global.

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