🐒🐒🐒 Monos, mozas y duendes de la Meseta de Chorcha, Chiriquí 🐒🐒🐒
A casi 500 metros de altitud se encuentra un majestuoso bosque en las laderas más empinadas de la Meseta de Chorcha, un lugar que recuerda a una versión en miniatura de los Tepuies de Venezuela. Esta meseta es hogar de los monos aulladores (Alouatta palliata), que viven en hermosos «condominios verdes» que bordean gran parte del área, especialmente en los sectores sur y oeste de este promontorio de vida.
Los monos aulladores son conocidos por sus llamados resonantes, que pueden escucharse a kilómetros de distancia. Estos primates son vitales para el ecosistema del bosque, ya que dispersan semillas a través de sus heces, promoviendo la regeneración forestal. Su dieta se compone principalmente de hojas, frutas y flores, lo que los convierte en importantes reguladores de la vegetación.
Sin embargo, los monos aulladores no están solos. El bosque de la Meseta de Chorcha alberga una diversidad biológica especial y es hogar de seres mágicos y misteriosos. Los duendes del bosque, pequeños y traviesos, se dice que protegen las plantas y animales, asegurándose de que el equilibrio natural se mantenga. Las mozas, hermosas y etéreas, habitan las cascadas de la meseta. Según la leyenda, estas guardianas acuáticas cuidan de las aguas cristalinas y otorgan bendiciones a quienes respetan la naturaleza.
Desde la meseta y entre las ventanas del bosque, mientras se asciende o desciende, se puede apreciar el vasto paisaje del Corredor Biológico y Altitudinal de Gualaca, que se extiende desde el Golfo de Chiriquí hasta la Cordillera Central.
Es un lugar mágico, un sitio que debe ser protegido para las presentes y futuras generaciones.