Reflexión en el Día Mundial de la Educación Ambiental
Ariel Rodríguez-Vargas
Las extinciones de plantas y animales han ocurrido durante millones de años por causas naturales. Incluso se han extinguido homínidos muy similares a la especie humana. Millones de otras especies han desaparecido para siempre del planeta. El planeta ha cambiado una y otra vez, ya sea por su propia dinámica tectónica y por la aparición y desaparición de especies que han configurado los paleoecosistemas y los ecosistemas actuales. Añadido a ello es conocido que el planeta tiene de manera recurrente ciclos de enfriamiento masivo conocidos como edades de hielo, la más reciente ocurrió durante el Pleistoceno y que culminó muy recientemente, hace sólo 10 mil años. Esta última edad de hielo junto a la ya presencia humana en el planeta llevó a una extinción de mamíferos en Sudamérica, Norteamérica y Australia. Se cree que los grandes mamíferos europeos extintos como el mamut, el rinoceronte lanudo, el ciervo gigante, el uro y el oso de las cavernas se deben en parte a la cacería de los humanos.
La extinción de especies debido a la influencia directa o indirecta de las actividades humanas es un fenómeno que ha aumentado significativamente en los últimos siglos. Cabe recordar que se han extinto recientemente el rinoceronte negro, el pájaro dodo, el tigre de Java, la vaca marina de Steller, entre cientos de especies. También hay en la actualidad centenares de especies críticamente amenazadas, vulnerables o lo que se denomina especies en peligro de extinción. El genoma de miles de variedades de especies animales y vegetales se ha extinguido también. Todo esto apunta que las condiciones ambientales impuestas por los humanos son las grandes causantes de la pérdida de biodiversidad del planeta.
No hay duda que una combinación de factores naturales y antrópicos ha llevado a la actual crisis de pérdida de biodiversidad, donde miles de especies enfrentan riesgos significativos de extinción. La conservación y la gestión sostenible de los ecosistemas son fundamentales para mitigar estos impactos y preservar la diversidad biológica del planeta.
El tema que hemos abordado para el Día Mundial de la Educación Ambiental es el de la extinción, ya que es un indicador y efecto directo de cómo estamos administrando ambientalmente el planeta. Sin educación ambiental no tenemos cultura ambiental, sin cultura ambiental carecemos del juicio básico para las tomas de decisiones sabias, científicas y proactivas de cómo proteger el planeta como hábitat de todos los seres, incluyendo el ser humano como especie.
Sirva este 26 de enero como día de reflexión y acción individual y colectiva para proteger el ambiente del cual todos somos dependientes. Honremos el lema 2024 “El viaje hacia un futuro más verde”. Volvamos más verdes los ecosistemas tropicales, salvemos todas las especies que contienen. ¡Manos a la obra!
El autor de profesor de Biología/Universidad de Panamá
Publicado en La Prensa, 25 de enero de 2024